Soy ilustradora. No soy dibujante, ni pintora, ni diseñadora, ni artista. Soy ilustradora. Desde siempre, desde niña, para siempre. Mi cerebro tiene un dispositivo facilón que convierte las historias, las ideas, las situaciones o los poemas en materiales, pinceladas, colores, y texturas. Creen que escucho atenta y no es cierto, sólo fantaseo composiciones con las palabras de quien me habla.
Para canalizar esta tara me he formado con ansiedad en artes aplicadas, en impresión, en collage, en diseño gráfico, en encuadernación, en costura, en álbum ilustrado… cualquier cosa que sirviera, y he sido alumna obediente, algo desordenada, de ilustradores extraordinarios. Después me detuve y comprendí lo importante de tomarme mi tiempo yo sola, para contemplar a otros ilustradores, tanto a los clásicos como a los grandes nuevos, y mi formación se completó, y en ello sigo, con ojear y hojear…